El mantenimiento de puertas de cristal se confunde lamentablemente con limitarse a limpiar los cristales y sacarle brillo a los pomos metálicos de las puertas. Por desgracia no prestar atención a otros elementos de vital importancia para que se eviten roturas de gravedad, sobre todo cuando se trata de puertas que cuentan con mecanismos complejos. Por eso hay que prestar un atención muy exhaustiva a todos los elementos de los que se componen nuestras puertas, y no limitarnos a las hojas de cristal que son la parte más visible pero una de las más atendidas ya de por sí.
El pomo de las puertas tiene como objetivo abrir y cerrar las hojas de cristal evitando que los vidrios acaben llenos de marcas de manos, pero eso es algo que no siempre se puede lograr, de modo que requieren de una gran limpieza para que la presencia de las puertas sea la más adecuada.
Limpiezas aparte, los ejes sobre los que basculan las hojas de las puertas (en el caso de las puertas basculantes) requieren de un engrase especial debido a que el cristal no puede mancharse con aceite, por lo que los lubricantes deben estar formulados de tal modo que cumplan con las condiciones que se esperan para que todo funcione bien pero que sea un componente con una gran transparencia.
En el caso de las puertas que tengan automatismos, los motores y los sensores de proximidad que activan la apertura de las puertas cuando alguien se acerca. Los elementos eléctricos y los mecánicos requieren de unas labores de mantenimiento preventivo para evitar averías y de unas revisiones regulares que corran a cargo de profesionales cualificados que nos garanticen el correcto funcionamiento de nuestras puertas de cristal, para que todo funcione del modo que se espera.