Nada hay de especial en las guías para puertas de cristal que las haga diferentes de otro tipo de guías, salvo que se utilizan para un tipo bastante especial de puertas, por lo que hay que tener un especial cuidado con este tipo de materiales debido a que el cristal puede resultar un poco más sensible y débil frente a impactos o golpes fortuitos salvo en el caso de los cristales reforzados, que como norma general son mucho más resistentes.

Estas guías tienen como propósito evitar que las hojas de una puerta automática se desvíen de la zona en la que se tienen que mover, lo cual podría provocar que estas se puedan salir de su posición y causar daños a quienes estén alrededor de la zona. Como norma general estas guías se instalan en la parte inferior de la zona en la que se encuentran las hojas de las puertas, y en la parte superior se pueden colocar unas guías similares o colocar una hoja fija que actúe como retén mientras se abre y se cierra la puerta.

Las guías para puertas de cristal no tienen por qué ser únicamente rectas, y se pueden encontrar todo tipo de guías para uso en puertas circulares, abatibles o giratorias, las cuales se usan con el mismo propósito, es decir, que las hojas de las puertas, sin importar el tipo de puerta que se haya instalado, no se muevan del lugar en el que se tiene que producir el sentido de apertura y cierre de las puertas, así como que al cerrarse estas, las hojas coincidan exactamente con el lugar en el que se tienen que quedar sin la ayuda de ningún otro elemento salvo el propio mecanismo que realiza la activación de las hojas de la puerta.